La música es una forma de expresar con las propias palabras,
las emociones que pueden estar llenas de fulgurante alegría, de inconmensurable
tristeza, o que pueden despertar infinitos sentimientos; pero a más de ser una
forma de expresión, es parte significativa del sentir humano y de su comunicación.
Javier López Narváez, en su artículo “Comunicación, cultura y
música” nos dice que “la música también puede informar y educar, además de
entretener; pero junto con ello, dado que el proceso comunicativo no es
unilateral, sino que implica un proceso de doble vía, también moldea la
cultura, incluso al mercado y se puede convertir en elemento de integración
social, entre otras cosas.”
Si la música representa un aporte importante tanto a la educación
como a la cultura, es de observar entonces que proporciona identidad a los
pueblos, así escuchamos canciones que nos traen a la memoria lugares, ritmos
que identifican su lugar de origen (pasillo ecuatoriano, pasillo colombiano,
vals peruano, etc.).
Si queremos ser una cultura que perdura en el tiempo, es
entonces imprescindible que recuperemos el nacionalismo a través de nuestra
música y la poesía que en ella está contenida, deseosa de salir y darse a
conocer especialmente en el gusto juvenil. ¿En manos de quién está? Está en
nuestras manos.
Esta es una invitación para quienes tienen el don
maravilloso de la composición e interpretación musical, y una responsabilidad
de quienes siendo ecuatorianos no otorgamos el verdadero valor de lo que significa
nuestra identidad musical.
Los invitamos a escuchar una maravillosa composición del poema "Escala del Recuerdo" de Pedro Miguel Obligado, música de Carlos Guerra Paredes, con la interpretación del Grupo "Caballeros del Sur", a ritmo de pasillo - Esta pena mía.
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